Tasa Tobin

TASA TOBIN

El pasado jueves 14 de Febrero, la Comisión Europea presentó un nuevo proyecto de directiva para crear una nueva Tasa Tobin, (la cual debe su denominación al economista estadounidense James Tobin, que la propuso en 1971). Esta tasa gravará las operaciones financieras, y se tiene como objetivo el que empiece a ser aplicada a principios de 2014.

Los países participantes son, en principio, 11 del total de 27 que forman la Unión Europea: Francia, Alemania, Bélgica, Austria, Eslovenia, Portugal, Grecia, Eslovaquia, Italia, España y Estonia. No obstante, se da la posibilidad a los 16 países restantes a sumarse posteriormente y de forma voluntaria a esta iniciativa.

Esta tasa gravará concretamente en un 0,1% las transacciones con acciones y bonos, y con un 0,01% las operaciones con derivados.

Con la aplicación de esta tasa, la Comisión Europea pretende recaudar 35.000 millones de euros al año, (de los cuales 5.000 millones le corresponden a España), con la finalidad de sanear las arcas públicas, así como hacer más seguros los servicios financieros y evitar los negocios especulativos, que han llevado a la crisis financiera mundial.

Para evitar el poder eludir el pago de la tasa intentando realizar operaciones desde otros países donde no se implante, como por ejemplo el Reino Unido, Bruselas ha recurrido al llamado “principio de residencia”, que señala que la tasa se pagará siempre que alguna parte de la transacción esté establecida en uno de los once países miembros participantes, con independencia de donde tiene lugar la operación, y de este modo evitar una deslocalización de operaciones. El peligro de deslocalización solo asomará si los bancos o aseguradoras están dispuestos a abandonar a sus clientes de países tan grandes y poderosos como Alemania o Francia.

En teoría, esta tasa está diseñada para que recaiga sobre las entidades financieras, ya que se considera que la mayor parte del sector financiero europeo se ha beneficiado, directa o indirectamente, de ayudas públicas durante la crisis (un 20% del PIB de la UE). Sin embargo, se prevé que en la práctica las entidades terminarán por trasladar la tasa a los clientes, que serán finalmente quienes paguen las operaciones.

La nueva norma ha provocado las iras del sector financiero internacional. Así, el sector financiero estadounidense acusa a Bruselas de instaurar un impuesto extraterritorial y los socios de la UE que no aplican la nueva tasa, como el Reino Unido, temen que sus bancos sufran una doble imposición en el país de origen y en uno de los 11 con tasa Tobin, además de afirmar que un impuesto unilateral de transacciones financieras impactará de forma negativa en el crecimiento de los países que lo adopten .

El comisario europeo de Fiscalidad responde a las acusaciones de una doble imposición, afirmando que esta tasa solo afectará a las operaciones vinculadas con los 11 países Tobin y que si alguna entidad se considera injustamente gravada podrá reclamar ante Hacienda su reintegro.
Dpto. Fiscal, Económico y Contable.