El Brexit: oportunidades para el sector jurídico

La decisión de los ciudadanos del Reino Unido de salir de la Unión europea no cambia, en sí y de momento, absolutamente nada al orden jurídico europeo.

El artículo 50 del Tratado de la Unión Europea (UE) prevé un mecanismo para la retirada voluntaria y unilateral de un país de la UE, por lo que el Reino Unido deberá, antes que nada, notificar su intención al Consejo Europeo que generará las directrices para la celebración de un acuerdo que establezca las disposiciones necesarias para la retirada.

Los Tratados dejarán de aplicarse al Reino Unido desde la entrada en vigor del acuerdo o, a más tardar, dos años después de la notificación de la retirada. El Consejo puede decidir prorrogar dicho período.

A día de hoy, el plazo de dos años no ha empezado todavía a correr.

Las consecuencias jurídicas del Brexit dependerán entonces de dos factores: primero, que el Reino Unido siga con el proceso y notifique su intención de salir de la UE y segundo, del resultado de las negociaciones sobre la retirada.

En teoría, si los tratados y el derecho de la Unión dejan de aplicarse en las relaciones entre los países de la UE y el Reino Unido, no serán sólo el sector financiero y banquero los que se verían afectados sino todos los sectores reglamentados por la UE, como la libre circulación de mercancías, agricultura, pesca, libre circulación de trabajadores y política social, libre prestación de servicios, política de transportes, de competencia, protección del medio ambiente, de los consumidores, de la salud, cooperación judicial en materia civil, penal y aduanera, la cooperación policial, la propiedad intelectual (marcas, patentes…), la protección de datos…

El derecho comunitario derivado, o sea las «normas europeas», adoptadas por las Instituciones dentro de las competencias que les confieren los Tratados, que dejarían de aplicarse, se compone principalmente de los Reglamentos, las Directivas, y la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE).

Puesto que las Directivas son actos que fijan los objetivos a alcanzar, pero que dejan a los Estados miembros la elección de los medios para alcanzarlos, el Reino Unido, ejecutando estas directivas, habrá adoptado en su orden jurídico interno, una serie de normativas conforme al derecho europeo que no se verán, a priori, afectadas por el Brexit. Quedará por determinar, en el ámbito de las negociaciones sobre la retirada, en qué medida se seguirán aplicando el derecho comunitario con efecto directo y el resto de convenios, acuerdos y resoluciones que componen el derecho de la UE.

Después de la retirada efectiva, el papel de los despachos de abogados, no sólo del Reino Unido sino de todos los países de la UE, será, muy probablemente, fundamental ya que habrá que analizar, caso por caso, el régimen jurídico que se deberá de aplicar a los contratos concluidos entre empresas de la UE y el Reino Unido, o con consumidores, la jurisdicción y competencia, los permisos de trabajo y residencia, el régimen fiscal aplicable entre matriz y filiales, el IVA…  así como las miles de situaciones actualmente reglamentadas a nivel europeo.

Y, antes de la retirada efectiva y a la vista de los efectos del Brexit sobre la economía, otras cuestiones se plantearán, como la posibilidad de considerar el Brexit como causa de resolución o revisión de los contratos existentes,  ya que cuando, a posteriori, se presenten acontecimientos considerados extraordinarios, imprevisibles y no detectables en el momento de la celebración del contrato que tornen excesivamente gravosas las obligaciones contractuales para una de las partes, a tal extremo que su cumplimiento se vuelva para ella complicado o prácticamente imposible, el juez, en aplicación de la cláusula rebus sic stantibus, del caso fortuito o de la fuerza mayor, podría disponer una revisión del contrato o, incluso, una liberación a las partes de tener que cumplirlo.

Sophie Mercier

Dpto. Jurídico

[:en]The UK citizens’ decision to leave the EU does not change, per se, anything at all in the European legal system for the time being.

Article 50 of the European Union Treaty contemplates a procedure to be  implemented in case of a voluntary and unilateral exit of a country from the EU, therefore the UK will have, first of all, to inform the European Council of its intentions, which then will provide the guidelines to get to an agreement that would establish the necessary steps and procedures to follow for the exit.

Once the agreement is reached, the Treaties will cease to be applicable to the UK, or at least, no later than two years after the official notification of the exit. The Council might decide to extend that period.

As of today, the two years period has not started running.

Therefore, the legal consequences of the Brexit would depend on two factors: first, that the UK continues with the process and notifies its intentions of exiting the EU, and second, the result of the negotiations regarding that exit.

In theory, if the treaties and the European law stop being applied to the relationships between the EU countries and the UK, not only the financial and banking sectors will be affected, but all the sectors regulated by the EU, like the free transit of goods, agriculture, fishing, free movement of workers and employment policies, free provision of services, transport policies, competences, environmental protection, consumers and health protection, judicial cooperation in civil, criminal and customs matters, intellectual property (trademarks and patents), the data protection act…

The EU law derived from this, that is the “European Rules” adopted by the Institutions within the competences given by the Treaties, which will cease to be applied, is mainly formed by the Regulations, the Directives and the  jurisprudence of the Court of Justice of the EU.

Since the Directives set the objectives, leaving the EU countries to choose themselves the means to reach them, the UK, implementing those Directives, would have adopted in its internal judicial order, a series of regulations, according to European law, which will not be, in principle, affected by the Brexit.

Now, whithin the scope of the negotiations about the exit, the only thing left to do would be to establish in which way the communitary law with direct effect, and the rest of agreements and legal rulings that form the EU Law would continue to be applied

Once the exit takes place effectively, the role of the law firms, not only in the UK, but in the rest of the EU countries will be, undoubtey, very important, since each case would have to be examined thoroughly and it would be necessary to establish what legal regime should be applied to the contracts signed between EU and UK companies or with consumers, also the jurisdiction and competence of the courts, the work and residence permits, the tax system to be applied between parent companies and subsidiaries, the VAT…. and the thousands of situations currently regulated at European level, will have to be revised.

Likewise, before the exit takes place officially, and considering the effects of the Brexit on the enocomy, other questions might arise, like the possibility of considering the Brexit as cause of termination or revision of existing contracts. If after the exit comes into effect, some extraordinary, unpredictable events that were non-detectable at the signature of a contract, make the contractual obligations for one of the parties excesively burdensome to the extent that to comply with those would become difficult or basically impossible, the judges, in application of the clause rebus sic stantibus” of unforeseen circumstances or force majeure, could  order a revisión of the contract, or even to exempt the parties of its compliance.

Sophie Mercier

Legal Department[:fr]

La décision des citoyens du Royaume Uni de sortir de l’Union européenne, ne change, en soi et à ce jour, rien à l’ordre Juridique européen.

L’article 50 du traité sur l’Union européenne prévoit un mécanisme de retrait volontaire et unilatéral d’un pays de l’Union européenne (UE) et le Royaume Uni devra informer le Conseil européen de son intention, lequel proposera des orientations vers la conclusion d’un accord sur les modalités du retrait.

Les traités de l’UE cesseront de s’appliquer au Royaume Uni dès la date d’entrée en vigueur de l’accord ou dans les deux ans à dater de la notification de retrait. Le Conseil peut décider de prolonger cette période.

A ce jour, le délai de deux ans n’a pas encore commencé à courir.

Les conséquences juridiques du Brexit dépendront donc d’abord de ce que le Royaume Uni poursuive la procédure et notifie officiellement son intention de sortir de l’Union européenne et ensuite du résultat des négociations concernant le retrait.

En théorie, si les traités et le droit de l’Union cessent de s’appliquer aux relations entre les pays EU et le Royaume Uni, ce seront non seulement le secteur financier et des banques qui se verront affectés mais tous les secteurs réglementés par l’EU, comme la libre circulation des marchandises, agriculture, pêche, libre circulation des travailleurs et politique sociale, libre prestation de services, politique de transports, compétence, protection de l’environnement, des consommateurs, de la santé, coopération judiciaire en matière civile, pénale et douanière, coopération policière, la propriété intellectuelle (marques, brevets…), la protection des données…

Le droit communautaire dérivé, c’est à dire les “normes européennes” adoptées par les Institutions dans le cadre des compétences octroyées par les Traités, qui cesserait de s’appliquer, se compose principalement des Règlements, Directives et de la jurisprudence de la Cour de Justice des Communautés Européennes (CJCE).

Dès lors que les Directives sont des actes qui fixent les objectifs à atteindre mais laissent aux Etats Membres le choix des moyens pour les atteindre, le Royaume Uni, en exécutant ces directives, aura adopté dans son ordre Juridique interne, une série de normes conformes au droit communautaire qui ne se verront, a priori, pas affectées par le Brexit. Il restera à déterminer, dans le cadre des négociations sur le retrait, dans quelle mesure le droit communautaire à effet direct et le reste des conventions, accords, résolutions composant le droit de l’union continueront ou non à s’appliquer.

Après le retrait effectif, le rôle des cabinets d’avocats, non seulement du Royaume Uni mais de tous les pays EU sera très probablement fondamental dès lors qu’il faudra analyser, cas par cas, le régime Juridique qui s’appliquera aux contrats conclus entre entreprises EU et UK ou avec des consommateurs, la juridiction et la compétence, les permis de travail et de résidence, le régime fiscal applicable entre sociétés mère et filiale, la TVA… et les mille autres situations actuellement réglementées au niveau européen.

Et, avant le retrait effectif et au regard des effets du Brexit sur l’économie, d’autres questions se poseront, comme la possibilité de considérer le Brexit comme une cause de résolution ou révision des contrats existants dès lors que quand, a posteriori, se présentent des évènements considérés extraordinaires, imprévisibles et non détectables au moment de la conclusion du contrat qui rendent excessivement lourdes les obligations contractuelles pour l’une des parties, à tel point que son exécution est rendue compliquée ou pratiquement impossible, le juge, en application de la clause rebus sic stantibus, du cas fortuit ou du cas de force majeure, pourrait décider d’une révision du contrat ou, y inclus, de libérer les parties de son exécution.

Sophie Mercier.

Département Juridique.